top of page

LABOR DIARIA DE UNA MADRE EXTRANJERA

  • Foto del escritor: Trujillo Reporta
    Trujillo Reporta
  • 13 sept 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 13 dic 2019

En el pasado Venezuela ha acogido generosamente a miles de personas refugiadas de la región y otras partes del mundo. Ahora en la actualidad los venezolanos se han visto obligados a abandonar sus hogares, y un significativo número de ellos necesitan protección internacional. Más de 4 millones de venezolanos y venezolanas salieron de su país hasta la fecha, según los datos de los gobiernos que los reciben, lo que representa una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo en tiempos recientes.

Ha habido un aumento del 8 mil por ciento en el número de venezolanos y venezolanas que solicitaron la condición de refugiado en todo el mundo desde 2014, principalmente en las Américas. Perú, no fue un país ajeno a involucrarse en dicha crisis al igual que otros países cercanos, muchos venezolanos buscan la forma de poder encontrar un mejor lugar donde quedarse y tratar de sacar adelante a sus familiares, así como a ellos mismos. La mayoría de los refugiados y migrantes de Venezuela que llegan a los países vecinos son familias con hijos, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad. A menudo obligados a tomar rutas complicadas para alcanzar la seguridad, pueden ser víctimas de traficantes, tratantes y grupos armados irregulares. Más y más familias llegan con recursos cada vez más escasos y tienen una necesidad inmediata de documentación, protección, albergue, alimentos y medicamentos.

Existen diferentes casos como el caso de Liz Moran Alvarado, una joven madre de 25 años, su llegada a Perú fue hace 8 meses, esta al igual que sus compatriotas abandonó su tierra natal por el estado deplorable que cada vez adquiría este.

El trabajo rutinario de la joven madre inicia desde muy temprano luego de encargarse de la respectiva alimentación de sus dos pequeños niños procede con la labor que ayudaría en la economía familiar, su labor consta en la venta de caramelos en la intercesión de la Av. Larco y Av. Fátima, al igual que ella su esposo también se encuentra trabajando en Trujillo, pero Liz sería quien se queda a cargo de los menores mientras continua con las ventas.

Sin embargo, cientos de miles de venezolanos y venezolanas permanecen sin ningún tipo de documentación o permiso para permanecer legalmente en los países cercanos, y por lo tanto carecen de acceso formal a los derechos y servicios básicos. Esto los hace particularmente vulnerables a la explotación laboral y sexual, el tráfico de personas, la violencia, la discriminación y la xenofobia.



JOSÉ RODRÍGUEZ BURGOS

 
 
 

Comments


  • Trujillo Reporta
  • Twitter Clean
  • YouTube - círculo blanco
bottom of page